Casi ningún colegio estaba preparado para la cuarentena del COVID-19. Algunas de las instituciones que la abordaron con el uso de herramientas tecnológicas terminaron con una complicada mezcla de aplicaciones. Aquí consideraremos cómo afrontar esta situación.
Salvo algunos colegios que han experimentado catástrofes como; inundaciones, derrumbes, entre otros, que les han obligado al cierre temporal de las instalaciones. La pandemia les forzó a cerrar sus instalaciones físicas y transformar el servicio educativo; tradicionalmente presencial, a funcionar de manera remota. Mientras algunas instituciones optaron por soluciones tangibles; como material físico por correspondencia; otras optaron por apropiar recursos tecnológicos digitales. Donde si bien, algunas lo lograron de manera organizada y exitosa, en otras creó un caos digital que hoy todavía persiste.
Herramientas tecnológicas en los colegios
Muchas instituciones, mayoritariamente los colegios oficiales, optaron por metodologías alejadas de las tendencias digitales. Usaron métodos como el envío de “guías” o material fungible para que el estudiante resolviera en casa. Esto inevitablemente dejó a la mayoría de los estudiantes sin espacios para la resolución de dudas con sus docentes; sin explicaciones, ni exposición de la temática. A disposición únicamente de la orientación de padres, acudientes y familiares; quienes muchas veces están ausentes y/o no cuentan con las habilidades para dar orientación oportuna.
Optar por este tipo de soluciones, fue una decisión basada generalmente en la falta de conectividad de acceso a la internet y a equipos de cómputo; necesidad que predomina en muchas regiones, pero especialmente las zonas rurales. Infortunadamente estas condiciones, en ciertos casos, se usaron como pretexto para ocultar la fobia que algunos; administradores escolares y docentes, le tienen al uso de tecnología digital dentro del aula presencial.
Uso de herramientas digitales
Por otra parte, es resaltable que muchos colegios tuvieron la oportunidad y la valentía de usar herramientas digitales para darle continuidad al servicio educativo; muchas veces desarrollado por la iniciativa propia de los mismos docentes que tuvieron que asirse de las herramientas que conocían.
Muchos docentes de idiomas extranjeros, especialmente los profesores de inglés llevaron la delantera en este asunto; pues la gran mayoría ha podido incorporar de manera regular herramientas digitales en sus clases. Curiosamente es un área de enseñanza donde han extendido muchas alternativas de apoyo digital.
El proceso de enseñar completamente virtual hizo que muchos docentes exploraran diferentes alternativas de aprendizaje. Les hizo pensar fuera de la caja y así crear escenarios fantásticos. Mismos que hoy cuando hemos vuelto a la presencialidad han podido complementar sus clases con elementos virtuales de manera extraordinaria.
Otros docentes se acomodaron a la primera herramienta, a la que tuvieron acceso en ese caótico momento, para dar clases en línea. Siendo ésta la que quizás más fácilmente comprendieron y por la que trataron de transmitir a través de una cámara y un computador; la misma clase que se enseñaban de manera presencial. El problema es que la didáctica de la enseñanza presencial difiere mucho, de la que se necesita en entornos completamente virtuales.
(ver artículo de aula invertida) LEER AQUÍ
Apoyarse de herramientas virtuales para la educación presencial, es una práctica en la que las instituciones de educación superior han venido madurando desde hace mucho. Pero en los colegios el asunto sigue siendo novedad.
Un ensayo, un vídeo con una exposición, un trabajo escrito; la solución de una serie de ejercicios matemáticos. Son tareas que fácilmente pueden tratarse de un archivo que puede enviarle un estudiante a su profesor de manera digital. Ya sea a través de un correo electrónico o por medio de la publicación en una plataforma académica. La consulta o descarga del material de apoyo y de repaso puede aprovecharse de estos medios para ser transmitido; hacer un quiz, un parcial, un examen o evaluación. Esto, a través de un medio virtual que permita la calificación automática es asunto rutinario en las universidades. Pero ¿En los colegios? ¿Cómo se realizan estas actividades con un pequeño de 5 años?
Adicionalmente, en un colegio hay un actor que en la Universidad no existe; el padre de familia o acudiente, así que un docente de colegio no solo debe poner a disposición del estudiante el material didáctico. Sino también para el padre de familia. Quien muchas veces es el que tiene verdaderas posibilidades de orientación personalizada para el estudiante.
Estas condiciones llevaron a que los docentes de la educación básica tuvieran que apropiar, durante la cuarentena; un conjunto inmenso de herramientas para poder solucionar cada uno de los elementos. Y, en muchas instituciones donde no hubo una directiva general sobre qué herramientas se debían usar para cada una de esas necesidades; los docentes hallaron soluciones de manera individual.
Adaptación a las nuevas metodologías
Lo cual desembocó en que los estudiantes y padres de familia prácticamente se tuvieran que adaptar a todas las metodologías de los docentes de cada asignatura por aparte; las tareas de matemáticas se suben por Google Classroom; las de español por Microsoft Teams; los videos de los ejercicios de educación física por Whatsapp; la lectura de español está en el correo electrónico; el “profe” de sociales, está publicando todo por su blog y así sucesivamente.
Esta iniciativa individual de usar distintas herramientas digitales llevó a que muchos docentes tuvieran que inscribir y arriesgar sus datos personales en herramientas de acceso público. O al menos, con plataformas o aplicaciones (apps) que no necesariamente son responsables con el tratamiento de datos o que no están acordes a los lineamientos institucionales. De este fenómeno no se escaparon muchos estudiantes, siendo ellos menores de edad y tampoco sus padres.
Vale la pena considerar que este conglomerado de herramientas llegó para quedarse. Es muy importante que en todo colegio haya una directriz que le permita a la comunidad educativa tener su propio estándar; que se le permita tener a las directivas el control y la moderación del contenido que se publica. Conocimiento de las condiciones de uso de las herramientas que se deciden adoptar, para saber a ciencia cierta dónde están poniendo los datos personales los miembros de la comunidad y con particular énfasis los niños y niñas.
Es necesario proteger los datos privados de la comunidad, no sólo de la comunidad hacia extraños, sino entre los mismos miembros. Por ejemplo, los grupos de Whatsapp permiten que todos se enteren del número telefónico personal de cada participante. Situación que ha creado más de un conflicto para algunos padres de familia, docentes y por supuesto a más de un estudiante.
Precaución con canales externos
Un grupo de Whatsapp, es delicado cuando no hay un moderador del contenido que no sea el docente y puede ser muy peligroso que se creen enlaces para unirse al grupo. Lo que regularmente terminan viralizándose y pueden llegar a participar personas a las que nunca se les valida si deberían pertenecer o no.
El punto de todo radica en saber si se hace una selección exhaustiva de las herramientas digitales que usará el colegio para apoyar la comunicación entre el hogar y la institución. Si se hace una correcta centralización de los datos, y si se ejecuta una selección de herramientas que eviten reprocesos; se puede evitar la memorización de demasiados usuarios y contraseñas por parte de la comunidad. Con esto, el colegio puede evitarse muchos problemas serios de seguridad de la información y se le puede facilitar la rutina a la comunidad.
Por ejemplo; a un estudiante y a sus padres, no se les debería aturdir con que tienen un usuario de Google Classroom para descargar el material de repaso y las presentaciones de la clase. Pero las clases en vivo son por Zoom; el envío de trabajos por Moodle y se resuelven inquietudes por Whatsapp. Un colegio asesorado en implementación tecnológica sabría que todas estas funciones las pueden operar en una sola herramienta de manera centralizada.
Todo esto, para contarles que estas necesidades se pueden resolver de esta manera dentro de las soluciones del ecosistema de Sistema Saberes ;donde pueden conectar sus plataformas. Para manejar un mismo usuario y una misma contraseña para acceder a cualquiera de ellas.
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Juan Nicolas Cedano Serrano
Director de Producto
Sistema Saberes
196 respuestas a «El aturdimiento que causan “tantas” herramientas tecnológicas »
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Gracias por la información. Cómo las puedo conectar?
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